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TESTIMONIO

Originario de Aranda, su vocación surgió casi por casualidad cuando, durante sus estudios, un orientador escolar descubrió su empatía y su afinidad por las personas y le animó a estudiar Magisterio. Fue a través de sus estudios en Integración Social que descubrió su verdadera pasión durante las prácticas, al trabajar con personas con discapacidad. Terminó su carrera de magisterio en Valladolid en 2011 y en 2017 comenzó a trabajar en el colegio Cambrils, consolidando su compromiso con la educación inclusiva.

Autoría: Redacción 

30 de septiembre de 2024

2 min de lectura

¿Qué cualidades crees que son necesarias para trabajar en la educación especial?

Siempre digo que se necesita vocación para trabajar en educación especial. Este trabajo requiere un nivel adicional de compromiso puesto que este tipo de alumnado demanda más atención. A veces preparas muchas actividades, pero solo logras hacer dos. Eso puede generar frustración, pero es parte del proceso de adaptación. También es fundamental ser altruista y tener la capacidad de dar lo mejor de tí de forma desinteresada. Motivamos a los niños basándonos en sus intereses, ya que un niño motivado es un niño que aprende.

¿Cómo definirías la educación especial y en qué se diferencia de la educación ordinaria?

La educación especial es una adaptación de la educación convencional, pero ajustada a las personas con discapacidad. La principal diferencia es que es completamente individualizada. Conocemos profundamente a cada alumno, ya que en un mismo colegio de educación especial podemos tener varias discapacidades, y no todas requieren el mismo enfoque. Por ejemplo, tenemos diferentes niveles de lengua y matemáticas para cada niño. La ratio es de ocho niños por clase, y cada uno trabaja con un material adaptado a su nivel.

Como coordinador pedagógico, ¿cuáles son tus principales responsabilidades?

Mi papel como coordinador ha surgido este año, así que estamos ajustándonos. Mis funciones incluyen desarrollar y revisar el proyecto educativo y pedagógico, asegurar que los libros y materiales estén bien adaptados para cada alumno, coordinar proyectos de inclusión y visitas externas, así como excursiones. También coordino los equipos de aula. Nos reunimos diariamente con los tutores, psicólogos y logopedas para evaluar cómo están funcionando los alumnos y qué estrategias funcionan mejor.

¿Puedes destacar alguna iniciativa o actividad que realicen en el colegio?

Sin duda, destacaría nuestros proyectos inclusivos. Trabajamos con diferentes universidades y otros colegios. Con Arenales Carabanchel hemos desarrollado a lo largo de estos últimos años varias actividades en la que juntamos clases de Cambrils con clases de Arenales Carabanchel para realizar asambleas inclusivas, música etc. Somos un colegio de puertas abiertas, y muchos estudiantes vienen a hacer prácticas con nosotros. Eso sí, tratamos de evitar la palabra «voluntariado», ya que preferimos referirnos a estos encuentros como «talleres».

Familia, colegio y desafíos en la educación especial

¿Qué papel juegan las familias en el colegio?

Las familias en Cambrils están muy involucradas. Organizamos jornadas deportivas, talleres navideños, el día de los abuelos, entre otros. A través de una aplicación mantenemos una comunicación diaria con ellos sobre el progreso de sus hijos. Si necesitan pautas específicas, hacemos reuniones con la orientadora para darles herramientas para trabajar también desde casa.

¿Cómo se evalúa el progreso de los estudiantes?

Cuando llega un alumno nuevo, realizamos una evaluación inicial para conocer su nivel en áreas como lengua, matemáticas y autonomía. A partir de ahí, adaptamos el currículo según sus necesidades. En educación especial, todos los niños trabajan con adaptaciones curriculares individualizadas. 

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la educación especial actualmente en España?

Uno de los mayores desafíos es que no exista la posibilidad del cierre de los colegios de educación especial, algo que ha sucedido en otros países. En países como Austria y Finlandia, no existen colegios de educación especial como tal; integran a los alumnos con discapacidades leves en centros ordinarios, pero tienen muchos más recursos que nosotros. Creo que en España aún necesitamos estos centros, ya que no contamos con los recursos suficientes en los centros ordinarios para ofrecer una atención adecuada a todos los alumnos con necesidades especiales.

¿Qué mejoras te gustaría ver en la educación especial?

Me gustaría ver que la carrera de Pedagogía Terapéutica volviera a ser una carrera en sí misma y no una mención dentro de Magisterio. Antes, eran tres años muy específicos y salías realmente formado. Ahora, la formación es más superficial, lo que, en mi opinión, no es suficiente para afrontar los retos que presenta la educación especial.

Por último, ¿qué mensaje te gustaría enviar a las familias y educadores que trabajan en este ámbito?

Me gustaría decirles que la educación especial requiere dedicación y un enfoque personalizado. Es fundamental que las familias estén involucradas y que trabajemos todos juntos por el bienestar de los niños. La educación especial es un trabajo en equipo, donde cada uno de nosotros tiene un papel importante para mejorar la calidad de vida de los alumnos.

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